La esquila sustentable de vicuñas, con múltiples beneficios

Se inició hace 15 años, pero desde 2013 se empezaron a ver sus frutos. Se formaron cooperativas de trabajo y se conserva la especie.

La esquila sustentable de vicuñas, con múltiples beneficios práctica. forman cordones humanos para encerrar a las vicuñas, que tras ser esquiladas son liberadas.

Hace 15 años, allá por 2003, se produjo un cambio significativo en las comunidades precordilleranas que se dedican al trabajo con la fibra de la vicuña. Es que la Secretaría de Ambiente, actualemente al mando de Juan Rosales, lleva adelante un plan que cambió el modo de trabajar con los animales: la esquila sustentable. Gracias a esa modificación hoy Catamarca se convirtió en un ejemplo para las provincias que también se dedican a esto y logró resultados altamente positivos, como la formación de cooperativas que viven de ello todo el año y principalmente la protección de la especie.

El jefe de área de Manejo de Vicuña y Certificación de Fibra, Lucas Florit, comentó a El Ancasti que si bien el plan se inició hace 15 años, desde 2013 se comenzaron a ver los resultados positivos de este método. “Si vamos a comparar los resultados con Jujuy, que es la otra provincia del país que está habilitada para esquilar, nosotros sacamos 1,2 toneladas de fibra en bruto y ellos, con el doble de gente y doble de animales, están rondando los 550 kilos” detalló.

La esquila sustentable se remonta a una práctica precolombina denominada “Chaku”, que consiste en el encierro, esquila y posterior liberación de vicuñas silvestres. “Hay un mínimo desgaste, con mínimo estrés y manteniendo las condiciones del bienestar del animal en un estado óptimo” detalla Florit. Con su lana, los artesanos elaboran delicados tejidos: ponchos, chales, corbatines, bufandas, guantes y mantas. La venta llega a países como Italia, Japón, Holanda, entre otros.

Florit recordó que la vicuña es un animal que está protegido por un convenio internacional denominado CITES, que legisla sobre Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestre, y busca preservar la conservación de las especies mediante el control de su comercio.
A partir de tener la autorización de CITES para hacer ese tipo de esquila, se inició un trabajo para conformar distintas cooperativas entre la gente de las zonas donde están ubicadas las vicuñas (zona de la precordillera de Tinogasta, Norte de Belén, Antofagasta de la Sierra) a las que se instruyó acerca del método para preservar la especie.

“El Estado debe garantizar que la esquila se hace como corresponde, como dice la resolución, amparada por la Ley. Y tiene que estar presente en todas las esquilas. Además brinda apoyo técnico, legal y profesional para las cooperativas” explicó. A cambio de eso el Estado retiene el 20% de lo que se esquila. Si las cooperativas contratan a sus propios profesionales para elaborar los planes de manejo, el Estado solo retiene el 10%. En tanto que las empresas privadas que están inscriptas se les retiene el 30% si requieren apoyo del Estado, y un 20% si no lo solicitan.

Actualmente existen 2 empresas privadas trabajando con la esquila y registradas en la Secretaría: una ubicada en Tinogasta y otra en Pasto Ventura (Belén).

Ese porcentaje con el que se quedan en la Secretaría es destinado en su mayoría para el Programa de Redistribución de Fibra, con el cual los artesanos inscriptos en la Secretaría pueden comprar la fibra a un precio subsidiado: pueden conseguir un kilo de fibra a $1.000, cuando en el mercado internacional cuesta casi $12.000.

“Todo eso funciona como un método de conservación de manera indirecta porque nosotros competimos con los cazadores que les venden a los artesanos los cueros de la vicuña, tras matar a los animales. Sin embargo ahora los artesanos pueden comprar a los precios subsidiados a la Provincia y desalentar esa práctica” indicó el funcionario aunque reconoció que es difícil terminar con esa práctica de las cazas furtivas. Además la Ley solo establece multas de dinero que generalmente no se pueden cobrar.

Emprendimiento

En El Peñón, Antofagasta de la Sierra, una cooperativa es un ejemplo de los beneficios de la esquila sustentable. Son 13 integrantes que tienen 200 vicuñas a las cuales esquilan en solo 6 horas. “El año pasado vendieron alrededor de $1.000.000, con los que la cooperativa se va fortaleciendo” contó Florit, quien los asesoró para su conformación.

Muchos de los que ahora integran las cooperativas eran cazadores furtivos. “Es un premio doble, porque les enseñamos a hacer una esquila bien hecha y dejan de lado la cacería. Además se vuelven protectores de sus propios campos, ahuyentando cazadores” resaltó. En esos campos de las cooperativas se incrementó la cantidad de animales, otro de los puntos positivos del programa que ya fue tomado como referencia por otras provincias.

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