Encuentran un cuerpo sin vida: habría sido ultimado luego de que robara una verdulería

 

El joven robó en una verdulería. El dueño del negocio salió a buscarlo y, aparentemente, le disparó con un arma de fuego en la cabeza. Está prófugo.

El cuerpo sin vida de un joven de 20 años, Guillermo Enrique Arias, fue descubierto hoy en una vivienda del barrio Villa Eumelia a la altura del segundo puente de la avenida de circunvalación. Al parecer, esta persona robó una verdulería ubicada en avenida Hipólito Yrigoyen. Según algunas versiones, el dueño del negocio, de apellido Varela, habría identificado al autor del ilícito y, probablemente junto a otra persona, fue a buscarlo a su propia casa y le efectuó un disparo con arma de fuego en la cabeza, provocándole la muerte.

El dueño del negocio se encuentra en este momento prófugo, mientras que su vivienda particular está rodeada por efectivos policiales.

Por otra parte, el cuerpo del delincuente asesinado fue trasladado a la morgue judicial para su autopsia.

 

Otro hecho

Otro ilícito se perpetró esta madrugada en el barrio 100 Viviendas Norte, y la víctima fue Mercedes Ríos, de 38 años de edad. Ella relató que tres individuos portando armas de fuego intentaron ingresar a su domicilio con el propósito de robar.
En un intento de impedirlo, la mujer atacó con un cuchillo a uno de los sujetos, hiriéndolo en el pecho. Tras lo cual los delincuentes se dieron a la fuga. No se sabe el paradero ni el estado de salud del individuo herido.
En diálogo con Radio Ancasti, la mujer, absolutamente conmocionada, le pidió perdón al delincuente herido por ella: “Nunca pensé en matar a nadie. Eso no se planea. Tomé la cuchilla para defender a mi hijo. Le clavé el cuchillo y le empezó a salir sangre”.
Comentó que luego de eso, los otros dos delincuentes le empezaron a pegar patadas y culatazos. Y que la amenazaron: “si le pasa algo al Gordo sos boleta”, le habrían dicho.
“Me arrepiento de todo. Le pido perdón al delincuente. Fui enfermera y yo siempre estuve a favor de la vida. Jamás le haría daño a nadie”, añadió. “Yo lo que quería era defender a mi hijo. Yo tengo mi vida acabada, tengo un cáncer terminal. Si no me muero hoy, me muero mañana”.
También explicó que esperó toda la noche al médico de policía, pero nunca llegó. Según le dijeron, deja su puesto de trabajo a las 23 horas y recién regresa a la mañana.

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