Declararon las víctimas de los policías acusados de tortura

Hoy declararán más testigos. Los acusados no quisieron hablar frente a los jueces en la primera audiencia.
En la sala de la Cámara en lo Criminal de Tercera Nominación comenzó a juzgarse ayer a dos policías acusados por 5 hechos de torturas reiteradas sucedidas en Londres, Belén, en 2002. Javier Ramón Valdez (48) y Patricia del Valle Saracho (45) no quisieron prestar declaración ante los jueces. Testificaron 5 personas, entre ellas Cecilia Contreras, quien confesó que pese a ser menor al momento de los hechos, fue insultada, golpeada y además «retirada” de la escuela en varias oportunidades, sin dar aviso a sus padres o directivos.
El primero en prestar declaración ayer fue Saúl Fierro, el médico que constató las lesiones que tenía uno de los denunciantes, Nicolás Contreras, luego de haber permanecido en la comisaría. Si bien el letrado no recordaba lo sucedido debido al paso de los años, pudo dar cuenta de que los traumatismos que tenía el paciente (en sus manos y estómago) eran originados por golpes, aunque no pudo precisar con qué elemento se los habrían hecho.
Jesús Aballay, uno de los denunciantes, explicó que fue llamado a la comisaría de Londres para declarar en el marco del homicidio de Dionisia Aybar (una mujer del pueblo quien falleció asfixiada y que hasta el momento no se pudo encontrar a los autores del crimen). «Me preguntaban cosas de las que no tenía ni idea. En un momento me dijeron que iba quedar detenido y me pegaron una cachetada que me hizo salir sangre”, contó.
El relato de Cecilia Contreras fue uno de los más contundentes. La joven contó que fue citada a declarar y que como era menor concurrió junto a su padre. No obstante, en la comisaría de Londres a ella la llevaron a la cocina y su padre a otro lado. Estando sola con Saracho y Valdez, habría recibido un golpe en el estómago y muchos insultos mientras le decían que confesara que ella había matado a la anciana.
La joven señaló que tras esa citación a la que concurrió fue luego perseguida y «retirada” de la escuela secundaria a la que concurría en varias oportunidades. «A veces entraban, decían mi apellido y ni avisaban a la directora”, señaló. «Me decían ‘decí la verdad, vos la mataste’ y me mantenían parada”, contó.
El padre de Contreras, en tanto, señaló que él había sido llamado a declarar antes que su hija, el mismo día. Que si bien esa vez era la mañana y lo trataron bien, cuando fue a llevar a su hija, como a las 20, lo llevaron a otra oficina y lo hicieron desnudarse. «No entiendo para qué”, acotó.
Posteriormente, testificó un oficial de policía de apellido Estela. El policía señaló que Valdez había sido comisionado desde Belén para investigar el crimen y que él tomó las llaves de la oficia de sumarios y nadie podía entrar o salir de allí sin su permiso. Incluso, la llave de ese lugar llegó a perderse. «Nunca antes pasó algo así”, señaló. Además, contó que logró a ver a dos de los denunciantes, a Contreras, quien le pidió un cigarrillo, y a Juan Calivar, al que notó desmejorado, como si no hubiera dormido en toda la noche. Estas dos personas fallecieron por enfermedad en los años 2006 y 2008, por lo que solo se cuenta con los testimonios que prestaron durante la etapa de instrucción de la causa.
El debate continuará hoy a partir de las 8.
Fuente:elancasti.com.ar

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