Comenzó la Semana Santa en Belén con la celebración del Domingo de Ramos
El Día de ayer se celebró en Belén el Domingo de Ramos y con esta conmemoración inicia la Semana Santa, que culminará con la Pascua de Resurrección. Desde el Oratorios, el del «Señor de la Agonía» de Barrio Alto Verde partió la Peregrinación luego de la bendición de Ramos cientos de personas caminaron por las calles de la ciudad para culminar en el Santuario Nuestra Señora de Belén, donde presidió la Santa misa el Padre Víctor Vizcarra quién decía en su homilía : “La bendición de los Ramos y la peregrinación que hemos hecho representa la alegría del encuentro con Jesús con su persona , la guía de la peregrinación decía que los ramos no son objetos para guardarse sino que son un signo que nos recuerde este encuentro con Jesús, que este encuentro con Jesús nos cause alegría”. “Pero también hemos pasado de la alegría de conocer a Jesús a compartir la contemplación de su amor por nosotros, un amor que se hace sacrificio, un amor que se hace emblema, un amor que cuesta creer que alguien venga por mí. Nos cuesta mucho creer que alguien sea capaz de amarme como me ama Jesús, cuesta mucho eso. Y la semana santa me tiene que ayudar a que pueda convencerme de eso”.
“El Papa decía una cosa muy profunda pero que no nos gusta muchas veces escuchar, “Jesús enseña desde la Cátedra de la Cruz” Jesús nos enseña el valor de la Vida desde la Cruz”.
“Hoy comenzamos a caminar la Semana Santa, no perdamos de vista algo importante, Jesús a resucitado, pero para resucitar con Jesús también tenemos que tomar la cruz, también tenemos que aprender a morir por amor, también tenemos que aprender de Jesús la Misericordia. Pidámosle a Jesús que en esta Semana Santa podamos experimentar aunque sea un pequeño cambio, que me haga notar que soy una persona nueva, que me haga notar que ese encuentro con Jesús es fruto de una alegría del encuentro con Él, quizás, porque estoy luchando y he conseguido vencer un pecado que tenía hace mucho tiempo , quizás, porque he podido abrir mi corazón y míos manos para ayudar a alguien, cualquier cambio que experimentemos en la Pascua no va a ser por nuestras propias fuerzas sino porque le hemos abierto el corazón a Dios y lo hemos dejado resucitar con Jesús”.