Belén Cumple sus 335º Aniversario de su Fundación

Hoy la Ciudad de Belén está de fiesta, está cumpliendo 335 años de su fundación, el 20 de diciembre de 1681, por el Pbro. Bartolomé de Olmos y Aguilera, por tal motivo desde este medio estamos saludando a todo el pueblo de Belén en este importante acontecimiento.
En este pueblo, hoy, el legítimo descendiente de aquel que con inalienable fe en el futuro rodeara el presbítero Bartolomé de Olmos y Aguilera que donando a la Virgen de Belén las tierras que le había concedido el gobierno de Tucumán, tuvo la visión de trazar calles de 16 pasos de ancho y 190 de largo que aún tienen absoluta vigencia en la urbanización actual de algunos pueblos.
Trece manzanas ubicadas en forma rectangular conformaron un embrión de paz y trabajo para los hidalgos españoles perseguido por el embravecido calchaquí que defendía su libertad y sus posesiones. Y la devoción de Olmos y Aguilera por la Señora de Belén se reflejó aún más con su decisión de repartir gratuitamente las tierras entre los pobres, sin otra obligación que donar dos pesos anuales como tributo a la Patrona de la Villa.
Y así, el abrigo de la Madre de Dios, Belén, fue creciendo impulsado por la constancia de su gente y por la calidad de su cultura volcada en la permanente labor de sacerdotes, poetas, maestros, profesionales, artesanos, y labradores.
Fue luego el Belén de; Manuel Antonio Acevedo, del Gral. Juan Eusebio Balboa, de Juan Fermín Rivas de Lara, del Cngo. Juan Baudilio Sueldo, de Luis Franco, y de tantos otros hombres y mujeres que ingresaron por la puerta grande de la historia de Catamarca. Hoy Belén es una ciudad pujante y laboriosa, comprometida y creyente con fe y anhelos demostrados en sus rostros curtidos al luminoso sol.
Y sin duda en la perpetua lucha por la vigencia del trabajo, el progreso y el bienestar, el sufrido belicho sabrá hallar su razón de ser y la pondrá en la senda de su futuro sin vacilaciones ni desmayos, respaldados por la fe de una raza que lleva ya trescientos treinta y cinco años de adversidades, de sagrado fervor y de ejemplar nobleza que por ser a un tiempo de fe y conciencia
brinda las mejores resultantes a un pueblo que sabe lo que quiere y por qué lo quiere.
Esta actitud y cada aptitud serán indudablemente los mejores instrumentos para el logro final. Una herencia, una vigencia y una realidad que adquieren con este acontecimiento conmemorativo una palpable actualidad.
FELICES 335 AÑOS DE VIDA BELÉN.

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