A doce años, la madre de Eugenio Aybar busca justicia por el homicidio de su hijo
Ramona Figueroa sigue como en un principio, recorriendo pasillos y tratando de que el tiempo no olvide, como sí parece que lo hizo la Justicia, el crimen de su hijo en esta Capital.
Ya pasaron doce años desde que el 16 de junio del año 2002, Ramona Figueroa recibiera la noticia más trágica de su vida, puesto que personas habían encontrado el cuerpo de su hijo, Eugenio Antonio Aybar, quien se hacía llamar Casandra, apuñalado en inmediaciones del barrio Las Vías, en Pozo El Mistol.
En diálogo con LA UNION, Ramona Figueroa se refirió a esta fecha, señalando: “Es revivir la tragedia que nos golpeó esa mañana de domingo (…). Le comentaba a mi esposo, pobre madre, sin saber que después de leer la nota decía el nombre de mi hijo, Eugenio Antonio Aybar”. “El mundo se me vino encima, todo era desesperación, tenía que viajar para ver a mi hijo, darle ese beso que le daba cada vez que se iba a la ciudad, y se lo di nuevamente solo en el féretro”, recordó.
Sobre si aún confía en la Justicia, Ramona Figueroa indicó: “Ya ha pasado tanto tiempo que pienso que para un pobre no hay justicia en Catamarca, ni en este gobierno actual, como el que se fue. Todos saben que a mi hijo lo mataron, pero como dije, somos una familia muy humilde”. “La causa está como un barco anclado desde hace mucho tiempo, oxidándose, así se siente mi corazón, mi alma no tiene paz, pero tengo todavía fuerzas para seguir luchando, reclamando por justicia”, acotó.
“Soy una madre que tengo 12 espadas clavadas en mi corazón, cada una por los años que mi hijo lleva fallecido”, exclamó.
Finalmente, Ramona sostuvo: “Seguiré disfrutando de mis nietos e hijas y ver la foto de Eugenio todos los días para pedirle que no me abandone, que me dé fuerzas para seguir reclamando por el esclarecimiento de su muerte”.
Fuente:launiondigital.com.ar
Sobre si aún confía en la Justicia, Ramona Figueroa indicó: “Ya ha pasado tanto tiempo que pienso que para un pobre no hay justicia en Catamarca, ni en este gobierno actual, como el que se fue. Todos saben que a mi hijo lo mataron, pero como dije, somos una familia muy humilde”. “La causa está como un barco anclado desde hace mucho tiempo, oxidándose, así se siente mi corazón, mi alma no tiene paz, pero tengo todavía fuerzas para seguir luchando, reclamando por justicia”, acotó.
“Soy una madre que tengo 12 espadas clavadas en mi corazón, cada una por los años que mi hijo lleva fallecido”, exclamó.
Finalmente, Ramona sostuvo: “Seguiré disfrutando de mis nietos e hijas y ver la foto de Eugenio todos los días para pedirle que no me abandone, que me dé fuerzas para seguir reclamando por el esclarecimiento de su muerte”.
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